Hoy desarmé mi campamento y regresé a mi casa ¿casa? ¿base de operaciones? ¿refugio? La verdad no sé qué es exactamente. Recuerdo las películas de apocalipsis que veía antes de todo esto y siempre había un proceso, nombres específicos y protocolos. Pero lo que pasó aquí fue tan repentino que no estoy seguro de cómo llamar las cosas.
Seguro en una guerra mundial o en una pandemia o con el choque de un meteorito todo hubiese sido diferente. Claro, el control de las autoridades, la histeria general, el miedo, el aislamiento. Seguro hubiese sido un proceso largo en el que mucha gente no se creería lo que estaba pasando, o quizás que nunca les llegarían a ellos las consecuencias.
Porque seamos sinceros, siempre las catástrofes son tan lejos, las guerras de medio oriente, los tsunamis en Asia, las balaceras de los gringos; de paisajes y lugares que ni siquiera alcanzo a imaginar. ¿Cómo eso me podría afectar a mí? O por ejemplo digamos que ha surgido un nuevo virus en África, ¿por qué preocuparse si hay un océano de distancia? ¿Qué virus puede cruzar el mar él solito? Así que yo siempre me sentí intocable, nunca llegaría nada malo a este aburrido lugar.
Además recuerdo los pocos momentos en los que habían riesgos o desastres lo tomaba cómo algo superficial, hasta divertido. Cuando era niño erupcionó un volcán, sobre él se formó un enorme hongo de ceniza, no tuvimos clases, nos pusimos mascarilla, le tomaron fotos al hongo, hicieron afiches y llaveros y fin de la historia. ¿Eso fue la erupción de un temido volcán? ¿En serio? Después de eso pensaba que los adultos eran unos cobardes. Hasta hacían películas con volcanes matando gente y arrasando casas por la lava. ¡Ridículo! Me decía a mi mismo, en mi ciudad un volcán hizo erupción y fue muy divertido.
Cuando crecí entendí que había diversos tipos de erupciones y diferentes tipos de gravedad en los desastres naturales, pero en mi cabeza quedó la sensación de que aquí los desastres siempre serían así, tranquilos, novedosos y una historia divertida que contar.
Por eso no puedo imaginar cómo mis coterráneos reaccionarían a una amenaza real. ¿Se volverían locos y vaciarían los supermercados? ¿Desobedecerían a las autoridades creyéndose inmortales porque aquí no pasa nada? ¿Sobreviviría alguien a un peligro real? La verdad no lo sé, pero tengo el presentimiento de que nos hubiese ido muy mal.
Por eso cuando desperté ese día y simplemente no había personas no puede entender lo que pasaba ni creerlo hasta mucho después. Las calles vacías, el silencio y todo detenido como si hubiesen puesto pausa.
Tengo varias teorías de lo que pasó, ahora ninguna me parece imposible, al principio creí que era una gran broma, todos escondidos riendo entre dientes para saltar y decir “¡sorpresa!” y salir en algún programa malo de televisión. También pensé que había algún tipo de concierto de alguien muy famoso del que no me enteré y cuando se acabe todos saldrían de vuelta a sus casas. Hasta llegué a pensar que era el protagonista de un programa televisivo al estilo Truman Show y todos los actores que formaban mi vida estaban en huelga o había bajado tanto el raiting que lo habían cancelado.
Pensé en enfermedades mortales que vaporizan gente al instante y por alguna razón era inmune. Pensé en guerras biológicas, en que estoy en coma después de un accidente, en un virus de la matrix que borró toda la carpeta de “personas” de mi realidad ficcionada, en extraterrestres secuestrando a la humanidad y olvidándose de mí, esta era la que más creía, no hubiese sido la primera vez que no se percatan de mi presencia y se olvidaban de mí.
En mi infancia no fueron pocas las veces que mi madre me olvidó en el supermercado y se acordó varias horas después en casa. O cuando en el colegio hacían grupos para trabajos y yo siempre quedaba solo, o cuando mis amigos se olvidaban de decirme que ya nos íbamos de la discoteca para terminar la noche en la casa de uno de ellos. Así que ¿por qué no? El extraterrestre secuestrador masivo de turno habría olvidado ponerme en su inventario.
De todas formas, algunas de estas teorías seguro suenan ridículas (y solo me doy cuenta ahora que las pongo por escrito) lo único seguro es que la humanidad ha desaparecido y por alguna razón yo estoy aquí solo. Y la naturaleza reclama lo que es suyo.
¡La naturaleza, vaya fenómeno! Yo esperaba que se demore más tiempo en convertir todo lo que le quitamos en suyo, pero nada más alejado de la verdad. A los pocos días de la desaparición masiva los animales se apropiaron de las calles y estrenaron su nuevo/antiguo habitad. A los tres días encontré una familia de gallinazos haciendo su nido en mi techo. A los cuatro días el concierto mañanero de aves era ensordecedor y las aguas de los ríos y quebradas eran cristalinos y hermosos. ¡Sí! En menos de una semana la naturaleza había reparado lo que nosotros destruimos en cientos de años.
No tengo forma de medir la capa de ozono o la contaminación. Pero de inmediato el clima empezó a cambiar, a hacerse más estable y hoy en día todo funciona como un reloj. Con decir que aquí, en la mitad del planeta, donde nos quejábamos de que nunca se sabía si llovería o no y que el clima estaba loco, aquí mismo empezó a haber 4 estaciones. Sí, estaciones, he vivido ya 4 otoños y el año pasado en diciembre nevó un poco. ¡Nieve! cómo en las películas.
Hoy en día los árboles brotan del duro pavimento y los animales se han tomado casas, calles, fábricas, todo es su hogar. Quisiera poder ver cómo está el resto del mundo.
Al parecer el clima no estaba loco. Al menos no por su cuenta. No tengo idea de lo que pasó con la humanidad, pero he de admitir que poder presenciar a la naturaleza tomando lo que es suyo y floreciendo maravillosamente es el espectáculo más hermoso que he visto en toda mi vida.
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