La torre Eiffel estaba por ser desmoronada, los poodles la consideraban como un símbolo de la humanidad opresora. Todo comenzó en el año 2020, el virus era en realidad un caballo de Troya. Sí, producía síntomas similares a la gripe y hasta era mortal en algunos casos, pero en realidad era el vehículo para algo mucho más grande. Durante siglos los perros habían mantenido el perfil bajo, y muchos vivían vidas relativamente felices, pero los poodles no podían perdonar los peinados chistosos, las uñas pintadas, los lazos color rosa. No, ellos durante muchos años habían formado el Departamento Feral Canino o DE.FE.CA. Y decidieron ubicar sus oficinas en Francia, el lugar dónde más había sufrido su especie.
El virus del 2020 mostró sus verdaderas intenciones tan solo dos años después cuando los verdaderos síntomas se manifestaron, los humanos perdieron su voz, y su capacidad de sostener cosas con sus manos, cuando no pudieron comunicarse entraron en una crisis mundial, de sus bocas solo salían gruñidos y ladridos y para mantener el equilibrio debían caminar a cuatro patas.
Fue el momento perfecto para que los canes dominen el mundo y así mostraron su verdadera naturaleza, hace muchos años habían evolucionado para caminar en dos patas y su cerebro estaba más que listo para dominar el mundo.
Los perros fieles a los humanos fueron considerados de segunda categoría y se rebautizó a Francia cómo la Capitale Sauvage Coeur Ardent, la Capital Feral Corazón ardiente. Los ancestros lobos eran venerados y los científicos pastores alemanes buscaban la forma de conducir sus genes de vuelta a sus orígenes lobeznos. Los poodles dominantes solo agradecían una cosa hecha por los humanos, eran amantes incansables del cine de Joë Hamman y Jean Durand, los íconos del cine western francés. Oui oui mon ami, nada gustaba más a los poodles que las balaceras, los cactus, los vaqueros y los duelos. Así que fundaron su filosofía y cultura en honor al cine que amaban. Sus avances tecnológicos no se hicieron esperar y cada perro en la capital feral debía llevar un sombrero alto y dos pistolas a los costados.
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