Momentos llenos de nervios, preparaciones, requerimientos de último momento y mucha expectativa. Así viví las horas previas del viernes 25 de octubre, el gran día del lanzamiento de mi libro "Y no soñé".
A Nati, mi esposa, se la veía muy tranquila pero seguro estaba tan nerviosa cómo yo en el fondo. Nos preparamos de gala y pedimos un Uber para ir a la Casa de la Cultura dónde sería el evento. Teníamos que llevar varias cosas, entre implementos de limpieza, elementos de la organización, la cámara de Nati y por supuesto los libros. Uno nunca está preparado para lo que puede pesar una caja de libros.
Dos de mis amigos de Hiddenland, que tocarían unos cuantos temas como parte del evento, habían llegado antes . Saludarlos fue muy gratificante en ese día. No los había visto hace un tiempo y encontrarlos en ese momento con su buena energía y listos para dejarlo todo en el escenario me ayudó mucho para no quedarme atrás y también dejar el alma ante las personas que iban a venir.
¿Quiénes vendrían? ¿les gustaría lo que íbamos a hacer? ¿alguien compraría el libro? ¡qué vergüenza! ¿será que a alguien le gusta mi historia? muchas eran las preguntas que en sucesión caótica pasaban por mi cabeza en ese momento.
Después de las explicaciones formales con el técnico encargado de la sala, los papeleos y las indicaciones de elementos que faltaban (que no nos habían dicho y había que conseguir ese rato) me dispuse a organizar un poco las cosas e intentar solucionarlas.
Gracias a las enseñanzas de mi Sensei de iaido fui capaz de mantenerme tranquilo y "cortar" todos estos problemas de la manera más efectiva posible. Pero de pronto ya no sabía que hacer, estaba parado en medio de la sala, casi a la hora programada y con mi cerebro en blanco.
Aún faltaba resolver algunos problemas, cómo falta de cables o micrófonos, manteles para las mesas y algunas cosas más, pero en ese momento simplemente me quedé en blanco, respirando y mirando al frente, no podía quedarme mucho tiempo en ese estado, así que traté de reponerme.
He de anotar que todos los que estuvieron en ese momento me ayudaron de alguna forma a resolver los problemas, ya sea manteniéndose tranquilos o directamente consiguiendo los elementos que faltaban por su cuenta. Mi hermana Sofía Domínguez, que sería la anfitriona y encargada de un número del evento, demostró su gran profesionalismo y presteza para que todo funcione a plenitud.
Así mismo Nati no dudó en ponerse manos a la obra para conseguir cosas que faltaban, alistar elementos técnicos y mostrarme su sonrisa para tranquilizarme. El libro y el evento existen gracias a esta gran mujer que siempre me apoya.
Entre una cosa y otra, desde los días previos, estuvo una mujer que fue un gran pilar para que el evento funcione bien. Gracias a Paloma Pierini quien con su relajada tranquilidad, y siempre lista para compartir conmigo algún chiste malo que nos provoca tanta risa. Consiguió manteles y hasta micrófonos inalámbricos (que al final no usamos) pero que ella tuvo la amabilidad de conseguirnos.
En eso llegó Carlos Montalvo, algún día crearé un personaje basado en este interesante hombre. Arqueólogo que regularmente contesta sus llamadas en italiano. De risa ligera y humor fresco y ligero que además tiene una empresa de chocolates maravillosos que trajo al evento. Iana Mullu fue sin duda uno de los toques especiales de la velada.
La gente ya empezaba a llegar y aún tenía que resolver algunos asuntos emergentes. Los que me conocen sabrán lo mucho que odio ser impuntual, muchos se burlan de mi porque llego al menos 20 minutos de anticipación a todo lado. Por lo que, no poder empezar puntual el lanzamiento de mi libro, fue un poco aterrador.
La sala estaba bastante nutrida, más de lo que yo esperaba en un inicio y eso me produjo una mezcla de sentimientos extraña. felicidad, angustia, nervios y miedo se mezclaban dentro de mi. ¿Toda esa gente había venido para escucharme a mi? era un gran halago que no llegaba a comprender.
Pero al fin todo empezó, mi hermana presentaba al primer expositor de la noche, Carlos Puga, uno de los mejores narradores que conozco. Sus palabras a mi obra me llenaron de emoción y sus palabras me tranquilizaron, los nervios son algo que no se puede reprimir, pero vencerlos es una de las pruebas más duras y gratificantes.
Cuando terminó de hablar llegó el turno de Sofía, iba a hacer una lectura dramática de un fragmento de la obra, sin duda esta fue una de las partes del evento que más gustó a la gente. Nunca podré decirle cuan agradecido estoy por tomarse todo el tiempo y trabajo que requiere hacer su arte para regalármelo en ese escenario.
El trabajo de los artistas no suele ser reconocido muchas veces porque no se sabe cuanto tiempo requiere escribir un libro, hacer un video, preparar una obra de teatro, pintar un cuadro o hacer una ilustración. Largas horas de trabajo, frustraciones, miedos y hasta hambre. Por lo que, recibir ese trabajo hecho con cariño de parte de mi hermana fue muy significativo y sé que fue la más grande muestra de amor.
El aplauso que siguió a su intervención fue caluroso y emotivo. Pero en ese momento se me helaron las piernas, sabía que el fin de la intervención de Sofía era el pie para que yo pase frente al micrófono y enfrente por fin a todo ese público.
El misterio, la fascinación y el placer de enfrentarme a cosas que me dan miedo es algo que siempre me ha atraído. De otra forma ¿qué es lo que me impulsó a saltar varias veces a una cascada de 12 metros de altura sin saber nadar?
Ahí estaba yo frente a una cascada aún más grande, personas que conocía de cerca como mi familia, conocidos y compañeros de antiguos trabajos, y gente que no había visto en mi vida. El momento había llegado y humildemente tan solo abrí mi corazón.
No siempre uno tiene una audiencia para decir algo, las redes sociales se comen la necesidad de la gente de hablar. Y eso es un categórico fracaso de la comunicación. Así que debía aprovechar esta oportunidad de que un grupo de personas estaba frente a mi para decirles algunas cosas sobre lo que siento y pienso.
Y qué mejor forma de introducción para un libro que habla de los detalles, de la sencilla levedad de las cosas efímeras cómo los sueños y los niños. Ahí estaba yo hablando de mi propia infancia, de los sueños, las frustraciones y del joven Kimero que puede soñar, en un mundo donde no se puede soñar.
Abrí mi corazón y mi alma, no podía hacer menos, en agradecimiento a todo lo vivido. Tuve al fin la oportunidad de decirle a mi papá cuanto lo admiro y de revelarme contra los estereotipos y decirle a mi hermano que lo amo. Y sin duda, valió el esfuerzo escribir este libro solo para poder decir estas cosas en voz alta.
Mis palabras habían terminado y mis emociones flotaban por la sala, me sentía fuera de mi ser, y mis ojos se topaban con ojos que me decían sin palabras que me habían entendido, que estábamos presentes y que algo de lo que quería decir les había llegado.
Esa sensación inexplicable de entender pero sin poder explicar era lo que habitaba mi corazón, y qué mejor forma de expresar esa sensación que la música. El maravilloso lenguaje que no es necesario saber hablarlo para poder entenderlo.
Hiddenland maravilló con sus notas, voces y timbres. Las flautas resonaron y las cuerdas melodiosas cantaron. Sin duda el mejor cierre para este evento, la hermandad desbordando la esencia más pura de la música en una actuación que se quedará grabada en mi mente para toda la vida.
El evento había terminado, o eso es lo que yo pensaba, al salir de la sala me encontré con tanta gente con ojos brillantes y palabras para mí. No estoy acostumbrado a ser el centro de atención y he de aceptar que fue un poco desconcertante. Pero solo en ese momento me di cuenta de que había escrito un libro y ahora ya no me pertenecía más, ahora también era parte de todas esas personas.
Ya no era el único poseedor de los secretos de Kimero y su desventurada vida. Se había ido, empacó sus sueños y ahora vive, camina entre las personas y a veces la gente me cuenta cómo le va, qué les ha contado su vida y me dicen que son sus amigos.
Estoy orgulloso de Kimero, pudo sobrevivir a todos los obstáculos que le puse, desde vivir en un mundo terrible dónde todos lo odian, hasta sobrevivir a mis múltiples miedos, inseguridades e intentos de abandonarlo en lo más profundo de un cajón. Hubo un momento en el que estuve a punto de destruirlo.
Pero ahí está ahora, de papel de calidad y enmarcado con las hermosas ilustraciones que Nati le hizo para su nacimiento. Hay mucha gente que me falta agradecer, desde Eli, la colo, Cabezas quién fue la primera lectora beta de la historia, hasta cada persona que ha adquirido el libro. Solo puedo decir gracias.
Además quisiera darle un abrazo muy fuerte y sentido a la Morita, Nati Mora, una de las invitadas que se quedó hasta el final ayudándonos en todo. Eres una gran artista y una gran persona, muchas gracias.
Si quieres conseguir el libro está a la venta a nivel mundial a través de Amazon, dejo acá abajo un par de links. Y para las personas que viven en Quito no duden en contactarse conmigo para llevarles personalmente un ejemplar a su casa o trabajo.
Nunca dejen de soñar.
Amazon US (entrega nivel mundial): https://www.amazon.com/no-soñé-Spanish-Simón-Domínguez/dp/8417447164/ref=sr_1_1?keywords=y+no+soñé&qid=1574696251&sr=8-1
Amazon España: https://www.amazon.es/no-soñé-Spanish-Simón-Domínguez/dp/8417447164/ref=sr_1_1?keywords=y+no+soñé&qid=1574696251&sr=8-1
Bình luận