El anime es la técnica de animación nacida en la tierra del sol naciente, con sus propias cualidades y rasgos estéticos que la caracterizan. La palabra anime (o animé, o ánime) es simplemente el término que usan los japoneses para referirse a la animación ya sea por computadora o tradicional.
El uso de esta palabra para referirse a este tipo de producto de entretenimiento por parte de los occidentales ha hecho que adquiera su propio significado para definir a la animación que procede del país asiático. Además, se ha transformado, por propio mérito, en todo un enorme género que contiene una gran variedad de subgéneros. He preparado un artículo para que conozcas un poco más del increíble mundo del anime.
Desde hace ya varios años el anime se ha convertido en una de las más grandes industrias del entretenimiento en el mundo entero, la increíble producción de este contenido ha ido creciendo junto a sus seguidores alrededor del mundo y se ha masificado en proporciones increíbles. Si eres un amante del anime este artículo es para ti.
¿Cómo nació el anime?
El origen de la animación japonesa se remonta a 1917, con una serie de cortometrajes muy parecidos a los producidos por esas épocas en Estados Unidos, aunque cómo es típico en los japoneses, lo adaptaron cómo ellos quisieron. Este es un rasgo importante en la cultura nipona, la apropiación, y es uno de los factores importantes de porqué el anime es lo que es.
Y no solo en el audiovisual, en todo, esa es parte fundamental del genio nipón. Un ejemplo de esta capacidad de transformación sucedió a finales del periodo Muromachi, con la adaptación de los arcabuces Tanegashima.
Un señor de la guerra se hizo con dos arcabuces portugueses y mandó a su herrero a reproducir el cañón, este no solo hizo lo que le pidieron sino que lo mejoró recortándolo y haciéndolo más práctico y manejable para los japoneses que eran mas pequeños que los europeos.
Cuando regresaron los portugueses con cargamentos de fusiles, emocionados por comerciar con la gente de las islas, los japoneses ya no los quisieron porque tenían sus propias versiones mejoradas. Esta capacidad nipona influenciará después de mucho tiempo al anime y sus derivados.
Estos primeros cortometrajes japoneses carecían de muchos de los elementos que asociamos hoy en día al anime, pero aún así guardaban ciertas peculiaridades que los diferenciaban de sus homólogos norteamericanos.
Como, por ejemplo, los personajes característicos de su cultura, exponiendo sobre todo íconos como los samuráis, los shinobis y las geishas; así como seres de su folklore y leyendas.
El anime fue evolucionando sin demasiados cambios estéticos, pero eso sí, adquiriendo elementos argumentales y narrativos que detallaré más adelante. Hasta que en 1960 apareció un hombre que le daría su particular estética al anime, su nombre era Osamu Tezuca, él incorporó en sus personajes las facciones delicadas, los grandes y brillantes ojos y los detallados y complejos tipos de peinados.
Además de crear la estética, Tezuca es el padre de grandes leyendas del anime, como Kimba el león blanco y el famosísimo Astroboy. Por todo esto Osamu Tezuca es considerado el padre del anime.
La estructura clásica adaptada al anime
Hay una cosa que desde un principio fue diferente en la animación japonesa, sus historias, sus héroes, sus conflictos, pero, sobre todo, la forma en la que las historias son contadas.
En el mundo occidental estamos acostumbrados a la estructura dramática de Aristóteles, la famosa estructura en tres actos, la estructura clásica. Para hacernos a una idea rápida de qué es la estructura clásica trataré de hacer una explicación muy rápida.
Esta estructura es una representación simple de cómo funciona normalmente el ser humano al resolver un problema. Imagínate que tienes un problema cotidiano como por ejemplo que a la hora del desayuno te das cuenta de que no tienes pan, esta necesidad te saca de tu normalidad, debes hacer algo para resolver tu conflicto, así que sales compras el pan y regresas a tu casa para disfrutar de los frutos de tu épica aventura.
Cualquier película que vemos en el cine cumple los mismos pasos que nosotros al comprar pan, pero de una forma un poquito más compleja, pero en el fondo es exactamente lo mismo.
Pero volviendo al tema, la dramaturgia japonesa tiene su propia forma de decodificar los conflictos de sus personajes,ya que ellos mismos viven su vida de forma diferente a occidente. En términos generales siguieron cumpliendo el esquema general de la estructura clásica, pero, otra vez, adaptada y mejorada a su realidad.
Manga y anime
El casi cien por ciento de los animes son adaptaciones de mangas (el cómic japonés) este país tiene una profunda tradición escrita, (después del ingreso de los ideogramas chinos en el archipiélago). La producción y consumo de tebeos es realmente inmensa, ya que la costumbre de ver y leer se remonta muchas centurias en su cultura.
Así que por lo general, no hay producciones "huérfanas" en el anime, todas tienen su versión en manga o novela gráfica, lo que de por sí ya le da ciertas características particulares a su versión animada.
Al no ser el producto central, en el ojo de la tormenta siempre está el manga, a veces las series de anime son simplemente promocionales, como tráilers enormes que sirven para enganchar gente con una historia y que la siga en los mangas.
Hay muy pocas series de anime que cubren en su totalidad una historia, a veces ni siquiera son adaptaciones resumidas, sino que quedan inconclusas en medio del desarrollo. A simple vista esto podría verse como algo negativo y hasta como un fallo, pero nada está más lejos de la realidad, comprendiendo su tradición escrita y colocando al manga en el centro uno puede entender de apoco cómo funciona la industria del anime.
Anime, los genios de la tensión dramática
Entendiendo que la función principal del anime es la de promoción, se puede ver que el objetivo central de estas series es la de generar interés, y la mejor forma de generarlo en un espectador es la tensión dramática, este es otro de los factores importantes en el éxito del anime, y para variar, otro de los elementos que los japoneses tomaron de la dramaturgia occidental y la perfeccionaron para sus producciones.
Después de todo esto uno podría pensar que no existe nada original de la cultura nipona y todo ha sido tomado de afuera, pero no es cierto, la dramaturgia en Japón existe desde hace muchísimo tiempo y contiene su propio mundo inmenso y deslumbrante, del que tanto los mangas, y por lo tanto los animes, se han alimentado, pero este tema será detallado en otro artículo, de otra forma este sería eterno.
Volviendo al tema, todos recordamos los épicos y eternos partidos del clásico anime Captain Tsubasa, conocido como Súper campeones en Latinoamérica y Oliver y Benji en España. En la época en la que fue producido, el presupuesto de la industria de la animación alrededor del mundo no era tan grande como lo es ahora, y por lo tanto se buscaron formas y estrategias para ahorrar en el proceso de animación, esto no solo pasó en Japón, solo falta echar un vistazo a la animación de los 80´s y 90´s de Hanna-Barbera.
En el Japón mientras tanto se jugó con la temporalidad coagulada en la que los momentos dramáticos o emocionantes en vez de ser rápidos y explosivos se detenían en el tiempo y el espacio, alargando la situación, generando tensión y de paso ahorrando escenas que dibujar y animar. Un tiro al arco bien podía durar unos cuantos capítulos mientras conocíamos los trasfondos pensamientos y dificultades de los protagonistas.
Pero hoy en día la industria del anime mueve muchísimo dinero ¿por qué se sigue usando esta herramienta dramática? por varias razones, entre ellas porque es uno de los rasgos estéticos del anime, pero sobre todo porqué funciona para mantener en todo momento la tensión, la atención y por lo tanto la audiencia se mantiene pegada a la pantalla, ansiosa por que le suelten un poquito más de información, mientras que la historia se da todo su tiempo y va soltando a cuentagotas, dolorosa, lenta y a la vez satisfactoriamente la historia.
Para que, en el momento adecuado, se vuelquen todas esas gotas y generar el despliegue de emociones al que lleva la historia, cómo un océano inmenso.
Éxito del anime japonés en occidente
No todo el anime es bueno, sería una barbaridad que todo lo que salga de las manos de un japonés sea excelso, además la producción de animes y manga es tan inmensa que sería imposible que no existieran al menos algunas cosas de baja calidad (que en realidad hay muchas) pero los grandes maestros del manga y del anime han dado a luz a verdaderas obras de arte que mueven el espíritu y revuelven hasta las más profundas emociones.
Mantente atento a este blog que las recomendaciones y análisis de animes que estoy preparando te encantarán, para que puedas conocer nuevas series o pueda generarse un debate y análisis de ellas.
Las adaptaciones de la animación japonesa, tanto en estética cómo en elementos argumentales y narrativos están pensadas para producir empatía y éxito entre las gentes niponas, pero ha trascendido a este pequeño país y poco a poco ha ido haciéndose un hueco en todo el mundo.
Esto no solo ha pasado con el anime, hemos hablado de la increíble capacidad de adaptación y mejora de los japoneses. Ellos no inventaron el automotor, pero los mejores autos son marcas japonesas, no inventaron la música de cámara, pero son los mejores intérpretes, no inventaron las energías renovables, pero han refinado la tecnología para hacerla viable, y así con un sin fin de cosas.
Más allá de la industria del entretenimiento, de la industria o de la música, esta cualidad de adaptación y mejora es lo que conforma la cultura nipona y su forma de enfrentar el mundo, mirándolo de frente con humildad, pero con la firme convicción de que ellos pueden tomarlo, hacerlo suyo y perfeccionarlo.
Podríamos tomar este ejemplo y tratar de perfeccionar lo que hacemos y a nosotros mismos cada día.
Comments